EL FARAÓN PELIRROJO RAMSÉS II
Readhead Pharaoh Ramesses II
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El faraón Ramsés II (de la XIX dinastía), es generalmente considerado como el más poderoso e influyente rey que haya gobernado Egipto. Es uno de los pocos gobernantes que se ha ganado el epíteto de “El Grande”. Consecuentemente, sus orígenes raciales resultan de enorme interés.
En 1975, el gobierno egipcio permitió a los franceses transportar la momia de Ramsés hacia París, con el objetivo de someterla a trabajos de conservación. Se llevaron a cabo numerosas pruebas, para determinar sus precisas afinidades raciales, principalmente porque el estudioso senegalés Cheikh Anta Diop afirmaba en aquel tiempo que Ramsés era negro. Una vez que el trabajo fue completado, la momia fue devuelta a un ataúd sellado herméticamente, y ha sido mantenido oculta a la vista del público desde ese momento, en las entrañas del Museo del Cairo. Los resultados del estudio fueron publicados en una obra profusamente ilustrada, editada por L. Balout, C. Roubet y C. Desroches-Noblecourt, y titulada La Momie de Ramsès II: Contribution Scientifique à l'Égyptologie (1985).
El profesor P. F. Ceccaldi, junto con un equipo de investigación, estudió algunos cabellos que fueron obtenidos del cuero cabelludo de la momia. Ramsés II tenía 90 años cuando murió, y su cabello se había vuelto blanco. Ceccaldi demostró que la coloración amarillo-rojiza del cabello de la momia era producto del teñido con una solución diluida de henna; un ejemplo del cuidado cosmético que dieron los embalsamadores a la momia. Sin embargo, rastros del color original del cabello aún se conservaban en sus raíces, incluso a una edad avanzada. Los exámenes microscópicos probaron que las raíces del cabello contenían pigmentos rojos naturales, y por ende, durante su juventud, Ramsés fue pelirrojo. Se concluyó que esos pigmentos rojos no fueron el resultado de algún tipo de decoloración o de otra alteración post-mortem, sino que representaban el color original del cabello de Ramsés. Ceccaldi también estudió una muestra representativa de cabellos, concluyendo que su forma era ondulada. Finalmente, concluyó que esa combinación de características mostraba que Ramsés era leucodermo (una persona de piel clara). [Balout, et al. (1985) 254-257.]
Balout y Roubet no subestimaron la importancia de este descubrimiento, y concluyeron lo siguiente:
En 1975, el gobierno egipcio permitió a los franceses transportar la momia de Ramsés hacia París, con el objetivo de someterla a trabajos de conservación. Se llevaron a cabo numerosas pruebas, para determinar sus precisas afinidades raciales, principalmente porque el estudioso senegalés Cheikh Anta Diop afirmaba en aquel tiempo que Ramsés era negro. Una vez que el trabajo fue completado, la momia fue devuelta a un ataúd sellado herméticamente, y ha sido mantenido oculta a la vista del público desde ese momento, en las entrañas del Museo del Cairo. Los resultados del estudio fueron publicados en una obra profusamente ilustrada, editada por L. Balout, C. Roubet y C. Desroches-Noblecourt, y titulada La Momie de Ramsès II: Contribution Scientifique à l'Égyptologie (1985).
El profesor P. F. Ceccaldi, junto con un equipo de investigación, estudió algunos cabellos que fueron obtenidos del cuero cabelludo de la momia. Ramsés II tenía 90 años cuando murió, y su cabello se había vuelto blanco. Ceccaldi demostró que la coloración amarillo-rojiza del cabello de la momia era producto del teñido con una solución diluida de henna; un ejemplo del cuidado cosmético que dieron los embalsamadores a la momia. Sin embargo, rastros del color original del cabello aún se conservaban en sus raíces, incluso a una edad avanzada. Los exámenes microscópicos probaron que las raíces del cabello contenían pigmentos rojos naturales, y por ende, durante su juventud, Ramsés fue pelirrojo. Se concluyó que esos pigmentos rojos no fueron el resultado de algún tipo de decoloración o de otra alteración post-mortem, sino que representaban el color original del cabello de Ramsés. Ceccaldi también estudió una muestra representativa de cabellos, concluyendo que su forma era ondulada. Finalmente, concluyó que esa combinación de características mostraba que Ramsés era leucodermo (una persona de piel clara). [Balout, et al. (1985) 254-257.]
Balout y Roubet no subestimaron la importancia de este descubrimiento, y concluyeron lo siguiente:
“Tras haber concluido este enorme trabajo, una importante conclusión científica debe extraerse: el estudio antropológico y el análisis microscópico del cabello, llevado adelante por cuatro laboratorios: Judiciary Medecine (profesor Ceccaldi), Société L'Oréal, Atomic Energy Commission, e Institut Textile de France, demostraron que Ramsés II era ‘leucodermo’, es decir, un hombre de piel clara, cercano a los prehistóricos y antiguos mediterráneos o a los bereberes”.
Es interesante notar la relación con los bereberes del norte de África: algunas tribus bereberes, como los rifeños de los montes Atlas, tienen proporciones de cabellos rubios que llegan casi al 60 %, además de un porcentaje de pelirrojos comparable con el de los irlandeses. [Coon & Hunt (1966) 116-117.]
Sin embargo, estos hechos no son exclusivamente de interés antropológico, sino que también tienen una enorme importancia simbólica. En el Antiguo Egipto, se decía que el dios Seth era pelirrojo, y los pelirrojos lo adoraban con devoción. En el estudio antes citado, la egiptóloga Desroches-Noblecourt escribió un ensayo en el que habló sobre la importancia de la condición de pelirrojo de Ramsés. Señaló que los ramésidas (familia de Ramsés II) eran devotos de Seth, con muchos de ellos llevando el nombre Seti, que significa “amado Set”. Llegó a la conclusión de que se creían divinos descendientes de Seth, con el cabello rojo como prueba de su linaje; incluso es posible que hayan utilizado este particular factor físico para salir de la oscuridad y ascender al trono de los faraones. Desroches-Noblecourt también especuló que Ramsés II pudo ser descendiente de una larga línea de pelirrojos. [Balout, et al. (1985) 388-391.]
Sus especulaciones han sido demostradas como correctas: la Dra. Joann Fletcher, consultora de la British Bioanthropology Foundation, demostró que Seti I (padre de Ramsés II) era pelirrojo. [Parks (2000).] También se comprobó que la momia del faraón Siptah (un bisnieto de Ramsés II) tenía el cabello rojo. [Partridge (1994) 169.]
Debemos tener en cuenta también la descripción antropológica de la momia de Ramsés, escrita por el historiador bíblico Archibald Sayce:
“La XIX Dinastía, a la que Ramsés II, el opresor de los israelitas, pertenecía, se distingue por su dolicocefalia. Su momia muestra un índice de 74, mientras que su cara es un óvalo con un índice de 103. La nariz es prominente, pero leptorrina y aguileña, y las mandíbulas son ortognatas. El mentón es amplio, el cuello largo, al igual que los dedos y las uñas. El gran rey parece haber tenido el cabello rojo.” [Sayce (1925) 136.]
Todas estas características pertenecen a la raza nórdica. [Günther (1927) 10-23.] Por último, deberíamos señalar que el profesor Raymond Dart declaró que la raza nórdica era “el tipo egipcio faraónico”. Después estableció que la cabeza de Ramsés pertenece al tipo “pelásgico elipsoidal o nórdico”. [Dart (1939).]
Afrocentrismo
El argumento central de este estudio es que Ramsés II no sólo era blanco, sino también de piel y cabello claros, un individuo racialmente nórdico. Si fuese posible demostrar que Ramsés era negro, este particular punto de vista tendría que ser revisado.
La idea según la cual los antiguos egipcios eran, en general (y en particular, su aristocracia) predominantemente de piel negra, cabello rizado, y esencialmente africanos, fue vigorosamente promovida por un estudioso senegalés, Cheikh Anta Diop (1923-1986). Él era el principal defensor de una serie de doctrinas y creencias que serían reconocidas con el nombre de “afrocentrismo” [Howe (1998).] Uno de los numerosos reclamos de Dip fue que Ramsés era negroide, y que ese “hecho” puede ser fácilmente comprobado. Por ende, Diop remarcó:
“Los egipcios eran negros, del tipo de todos los pueblos nativos del África tropical. Esto es particularmente cierto cuando hablamos de Ramsés, su padre Seti I y Thutmose III” [Diop (1987) 217.]
Uno de los principales argumentos de Diop fue que Ramsés II tenía el cabello rizado. Cree que este punto fue demostrado por un busto de granito de Ramsés, que actualmente se encuentra en el Museo Egipcio de Turín, Italia. En su libro The African Origin of Civilization, Diop reproduce dos fotografías, una del busto y otra de un watusi negroide, debajo de la cual escribe las siguientes observaciones:
Faraón Ramsés II (arriba) y un watusi moderno. El cabello del watusi sólo puede ser concebido como rizado. Los círculos pequeños en el casco del faraón representan un pelo muy rizado (como lo ha señalado Denise Cappart en su artículo publicado en Reflet du Monde, 1956).
[Diop (1974) 19.]
[Diop (1974) 19.]
Sin embargo, la cabeza de Ramsés no está coronada por cabello rizado, sino por un casco. Peter Clayton ha notado que en esta representación del faraón, Ramsés lleva una corona distintiva. [Clayton (1995) 146.] Clayton se ha referido a este casco de siguiente forma:
“El casco khepresh, tambien llamado Corona Azul o Corona de Guerra”
Por lo tanto, las espirales reconocibles en la estatua representan la decoración de un casco, no la forma del cabello. Este punto es confirmado por el hecho de que en las representaciones a color, la corona está pintada con azul, y de ahí proviene su nombre. [Geddes & Grosset (1997) 435.]. Jamás sería utilizado ese color si se pretendiera representar el pelo. Al parecer, el distintivo de la Corona Azul fue hecho con cuero, y tenía gran importancia ceremonial: representaba la supremacía del faraón en el reino terrenal. [Desroches-Noblecourt (1972) 128-132.] Igualmente, el uræus (cobra coronada), que sobresale de la parte frontal de la corona, así como las bandas delineadas que marcan el borde del caso, ponen de manifiesto que la cabeza está cubierta por cabello. Lo que exactamente representan los círculos que cubren la superficie de la Corona Azul es discutible, pero F. D. P. Whicker ha sugerido que tienen la finalidad de imitar las marcas de un caparazón de tortuga, siendo este el material con el cual, según él, esos cascos eran originalmente manufacturados. [Whicker (1990).]
Y además de esto, debemos tener en cuenta los descubrimientos del estudio que fue realizado con un pelo de la momia de Ramsés. Es posible determinar la raza de un individuo con un simple pelo de su cabeza y estudiando su estructura. Cuando se observa en la sección transversal, el ondulado cuero cabelludo del caucásico es oval, o de una forma ampliamente elíptica, con el diámetro menor de aproximadamente el 70% el tamaño del eje mayor. Por el contrario, el cabello rizado y lanoso del negroide, tiene forma de elipse estrecha, con el eje menor de la elipse de un tamaño bastante menor que la mitad del mayor. [Baker (1974) 208, 296-297, 308.] El equipo de investigadores que estudió el cabello de Ramsés II, bajo la dirección del profesor Ceccaldi, señaló que cuando se miró la sección trasversal del cabello, su estructura era de forma oval, y por lo tanto concluyeron que Ramsés tenía el pelo ondulado. [Balout, et al. (1985) 256.]
Esto demuestra claramente que Ramsés no tenía el cabello rizado, y consecuentemente, que el busto de Turín no comprueba que fuera negro. En cuanto a la evolución de las pruebas, los resultados obtenidos de un estudio de los restos de Ramsés valen más que cualquier cantidad de conclusiones elaboradas solamente a partir de retratos. Por tanto, las reivindicaciones de Dips carecen totalmente de fundamento.
Ramsés el pelirrojo
Quizá haríamos bien terminando el artículo con las conclusiones del equipo de investigación que estudió el cabello de Ramsés:
“El cabello de la momia de Ramsés está confinado a la zona temporal-occipital, que corresponde a una etapa avanzada de calvicie.
Los pelos son ligeramente ondulados y muestra una sección transversal ovaladaa, cuyo eje mayor se encuentra entre 60 y 70 micras: corresponde a un tipo "cymotrich leucoderm" (ondulado y leucodermo).
La muestra investigada abarca porcentajes idénticos de cabellos totalmente pigmentados y totalmente despigmentados, y la tendencia general es de un claro rojizo con alguna tendencia al amarillo.
Aunque el examen de microscopio fue capaz de mostrar evidencias sólidas de pigmentos rojos, no se obtuvo ninguna evidencia de pigmentos claros: éste último podría presentarse como un componente "difuso" que podría ser enmascarado por un tinte amarillento (probablemente obtenido de diluir "Henne" o alguno de sus derivados)." [Balout, et al. (1985) 256.]
BIBILOGRAFÍA
Los pelos son ligeramente ondulados y muestra una sección transversal ovaladaa, cuyo eje mayor se encuentra entre 60 y 70 micras: corresponde a un tipo "cymotrich leucoderm" (ondulado y leucodermo).
La muestra investigada abarca porcentajes idénticos de cabellos totalmente pigmentados y totalmente despigmentados, y la tendencia general es de un claro rojizo con alguna tendencia al amarillo.
Aunque el examen de microscopio fue capaz de mostrar evidencias sólidas de pigmentos rojos, no se obtuvo ninguna evidencia de pigmentos claros: éste último podría presentarse como un componente "difuso" que podría ser enmascarado por un tinte amarillento (probablemente obtenido de diluir "Henne" o alguno de sus derivados)." [Balout, et al. (1985) 256.]
BIBILOGRAFÍA
Baker, J. R. (1974) Race (London: Oxford University Press).
Balout, L., C. Roubet & C. Desroches-Noblecourt [eds.] (1985) La Momie de Ramsès II: Contribution Scientifique à l'Égyptologie (Paris: Éditions Recherche sur les Civilisations).
Clayton, P. A. (1995) Chronicle of the Pharaohs: The Reign-by-Reign Record of the Rulers and Dynasties of Ancient Egypt (London: Thames & Hudson).
Coon, C. S. & E. E. Hunt (1966) The Living Races of Man (London: Jonathan Cape).
Dart, R. A. (1939) "Population Fluctuation over 7,000 Years in Egypt." Transactions of the Royal Society of South Africa, XXVII, 95-145.
Desroches-Noblecourt, C. [Claude, trans.] (1972) Tutankhamen: Life and Death of a Pharaoh (Harmondsworth: Penguin Books).
Diop, C. A. [M. Cook, trans.] (1974) The African Origin of Civilization: Myth or Reality? (Westport: Lawrence Hill).
Diop, C. A. (1987) "Civilization or Barbarism: An Authentic Anthropology." In Van Sertima & Williams (1987) 161-225.
Geddes & Grosset (1997) Ancient Egypt: Myth and History (New Lanark: Geddes & Grosset).
Günther, H. F. K. [G. C. Wheeler, trans.] (1927) The Racial Elements of European History (London: Methuen).
Howe, S. (1998) Afrocentrism: Mythical Pasts and Imagined Homes (London: Verso).
Parks, L. (2000) "Ancient Egyptians Wore Wigs." Egypt Revealed, May 29.
Partridge, R. B. (1994) Faces of Pharaohs: Royal Mummies and Coffins From Ancient Thebes (London: Rubicon Press).
Sayce, A. H. (1925) The Races of the Old Testament (London: Religious Tract Society).
Van Sertima, I. & L. Williams [eds.] (1987) Great African Thinkers, Volume I: Cheikh Anta Diop (New Brunswick: Transaction Books).
Wainwright, G. A. (1938) The Sky-Religion in Egypt: Its Antiquity and Effects (Cambridge: University Press).
Whicker, F. D. P. (1990) Egypt and the Mountains of the Moon (Braunton: Merlin Books).