sábado, 18 de junio de 2011

Árabes nórdicos

ÁRABES NÓRDICOS
Nordic Arabs

Parece haber existido un elemento rubio y racialmente nórdico entre los dirigentes de los pueblos árabes, desde las épocas más tempranas. Como señaló el distinguido antropólogo de Harvard Carleton S. Coon, al referirse a la población de la meseta de Yemen:

“La gente de aspecto nórdico suele limitarse al estrato social de los funcionarios civiles y religiosos, y es más que una coincidencia el hecho de que los reconocidos descendientes del Profeta tengan la piel más clara y un mayor índice de blondismo que el resto de la población. Tal vez existió una influencia nórdica asociada a las santas familias que entraron en la región desde Hiyaz, en los primeros tiempos post-islámicos” [Coon (1939) 408-409.]

El profesor C. S. Coon también sentenció que, entre la gente de Marruecos:

“Los árabes de las ciudades comunes no difieren mucho de sus hermanos pastores y agricultores, pero esta regla no se aplica a las familias aristocráticas. Estos príncipes-comerciantes a veces son rubios y de aspecto nórdico; otros lucen como los aristócratas Mekkan de Arabia” [Coon (1939) 484.]

El profeta Mahoma (AD 570-632), fundador de la religión islámica, al parecer, tenía la piel clara; un liberto, con el nombre de Omar, describe al Profeta de la siguiente forma:

“Su rostro no era gordo ni redondeando; era blanco teñido con rojo” [Guillaume (1987) 726.]

La mayoría de las autoridades en el tema parecen coincidir en que Mahoma era moreno, pero Henric von Schwerin declaró:

“El cabello rojo sigue siendo honrado entre los musulmanes, y el mismo Profeta Mahoma se definió como pelirrojo” [von Schwerin (1960) 27.]

Durante toda su vida, Aisha, la amada esposa del Profeta, ganó el epíteto humayra, una palabra que se ha traducido como “luz”, “rojiza”, “clara”, pero cuyo significado puede ser más precisamente representado como “rubia”. [Baltzer (1934) 206; Lewis (1990) 36; Vollers (1910) 91.]. Subsecuentemente, ella es conocida por los pueblos islámicos como “Aisha la Rubia” [Günther (1930) 168.]

Abu Bakr, el padre de Aisha, y por ende, el suegro de Mahoma, fue el primer califa del Islam (AD 632-634). Su constitución era esbelta, tenía la piel blanca; también tiñó su barba gris de rojo, en un intento de obtener una apariencia más juvenil – posiblemente una imitación y persecución de un ideal de cabello claro y nórdico. [Günther (1930) 163.]

El califa Alí (AD 656-661), primo y yerno de Mahoma, fue reconocido también por su cabello rubio, al igual que sus descendientes, quienes fundaron la rama chiíta del Islam [Grant (1981) 84-85; Lewis (1990) 36.] Sin embargo, el hecho de que los rasgos físicos que caracterizan a un auténtico descendiente de Mahoma se estén perdiendo debido a la mezcla con razas más oscuras, ha causado resentimiento en los musulmanes. Por ese motivo, el poeta sirio Abul-Ala (AD 971-1057) remarcó en una carta:

“A menudo vemos a un hombre distinguido que tiene en su casa mujeres de alto nivel y, sentada sobre ellas, una niña con un vestido de rayas comprado por unas pocas monedas; y también podemos ver un hombre cuyo abuelo paterno es un descendiente de Ali con el pelo claro mientras que su abuelo materno es un adorador de los negros". [Lewis (1990) 89.]

A mediados del siglo XI, el autor hispano-musulmán Ibn García escribió su Risala, donde expresó sentimientos similares, vinculando rubio con nobleza y superioridad:

“De origen romano y rubio, linaje bizantino, impulsado por los poseedores de la virtud interior, la gloria lineal y la grandeza entre los rubios… gentes de piel suave entre quienes ni los egiptos ni los nabateos han impantado honor familiar bien guardado y linaje noble."

También parece que muchos de los numerosos y diversos soberanos de la España musulmana, fueron racialmente nórdicos; el historiador español Enrique Sordo, nos informa que:

“La mayoría de de los califas eran claros o pelirrojos de ojos azules, lo que parece mostrar una preponderancia de sangre bereber o germánica. Como si estuvieran orgullosos de su origen, algunos de ellos tenían de negro su cabello, como para afirmar su origen árabe” [Sordo (1962) 24.]

Esta tendencia al blondito comenzó con el primer soberano musulmán independiente de la Península Ibérica. Abd al-Rahman I (AD 756-788), fundador del Emirato de Córdoba, era un sirio de la región de Damasco, y pertenecía a la familia imperial Omeya: era nieto del califa Hisham (AD 724 -743). Su madre era una joven esclava bereber, y su padre era el omeya sirio-árabe Mauwiya. Se dice que fue un “colosal hombre pelirrojo” [Grant (1981) 90; Sordo (1962) 23.]

Stanley G. Payne también provee otro ejemplo de cabello claro en la España musulmana:

“En eficaz Estado unificado finalmente se logró durante el largo reinado de Abd-al-Rahman III (912-961). El hijo de una princesa Navarra, el más grande de los soberanos cordobeses fue un musulmán corto y de ojos azules, que se tiñó el cabello de negro para coincidir con la mayor parte de sus súbditos. En 929 decidió incrementar su dominio desde emirato, o reino, a califato, o imperio” [Payne (1973) 23.]

El historiador del siglo XIV Ali ibn Abd Allah, en sus Roudh el Kartas, describió a un sultán moro de su época, Mohammed ben Idriss, como “rubio”.

En 1232, Mohamed b. Yusuf b. Nsr de Banu’l-Ahamar, se convirtió en sultán del Reino de Granada, una hazaña que logró mediante la consolidación de muchos reinos musulmanes en el sur de España. Mohamed I era conocido como Ib al Ahmar (hijo de el rojo), a causa de su cabello rojo, fue el fundador de la dinastía nazarí, y gobernó desde 1232 hasta 1273 [Sordo (1962) 120; Vollers (1910) 87.]

Este rasgo parece haber permanecido incluso en períodos posteriores. Abu 'l-Hadjdjadj Yusuf I, sultán nazarí de Granada desde 1333 hasta 1354, ha sido descrito con los siguientes términos:

“Era de noble porte y estaba dotado de una extraordinaria fuerza física, y luce bien. Su piel era muy pálida y, sin embargo, según los historiadores árabes, aumentó su aspecto grave y majestuoso al crecer su barba, que había teñido de un color muy negro” [Sordo (1962) 120-121.]

Por último, la España musulmana terminó como había empezado: con un soberano de cabello claro. Mohamed XII [Boabdil] fue el último sultán de granda (AD 1482-1483, 1487-1492); Enrique Sordo lo describe así:

“Entre las pinturas en la galería del Palacio de Generalife, cuelga un retrato de Boabdil. En él, su rostro es amable, apuesto y melancólico, su complexión rubicunda y su cabello rubio” [Sordo (1962) 124.]
El Egipto islámico también tuvo bastantes soberanos nórdicos de importancia. Al-Nasir Yusuf Salah al-Din [Saladino] (AD 1171-1193) fundó la dinastía ayyubí (AD 1171- 1254), cuando fue investido con el gobierno de Egipto y Siria. Tenía ascendencia kurda, y sus contemporáneos lo describieron como alto, apuesto, de piel y ojos claros [Fossier (1968) 315; Günther (1927) 151; Weyl (1967) 41.]. Robert Gayre de Gayre nos informa que:

“Salah al-Din y muchos de sus segadores tenían sangre kurda y nórdica, lo que representaba su pigmentación más clara” [Gayre of Gayre (1972) 97.]

Al-Nasir al-Hasan, sultán desde 1347-1351, y luego desde 1354-1361, fue uno de los últimos gobernantes de la dinastía túrquica de los Bahri Mamluk, que dirigió Egipto desde 1250 hasta 1930. De acuerdo con el cronista medieval Ibn Ilyas, tenía la barba rubia los ojos de color azul apagado. [Baltzer (1934) 210; Vollers (1910) 95.]

El sultán Al-Nasir Faraj (AD 1399-1412) fue hijo de Al-Zarahir Barquq [Burji] (AD 1382-1389, 1390-1399), el primero de los soberanos de los Burji Mamluk; la dinastía rigió desde 1390 hasta 1517, y fue mayormente de origen circasiano. Ibn Iyas declaró que era de barba rubia; también señaló que tanto Al-Nasir al-Hasan como Al-Nasir Faraj, poseían lo que describió como “rostros árabes”, lo cual significa que tenían semblantes largos y nobles. [Baltzer (1934) 210; Vollers (1910) 95.]

Ibn Iyas también observó que el sultán Al-Mansur Qalaun (AD 1279-1290), de la dinastía de los Bahri Mamluk, tenía el cabello claro y una complexión también clara. [Vollers (1910) 91.]

Durante el periodo de dominación otomana, una vez más los elementos raciales nórdicos lograron una posición de ascendencia en el mundo islámico. Orhan (AD 1324-1362), el hijo de Osmán I (AD 1280-1324), quien fundó el imperio otomano en Anatolia, fue el primer miembro de la dinastía en obtener el título de “sultán”. Fue descrito como muy alto, de anchos hombres, piel clara, ojos claros y cabello rubio. El profesor antropólogo físico alemán Hans F. K. Günther lo considera como de tipo predominantemente nórdico. [Günther (1934) 189-190.]

Mehmed II (AD 1451-1481), conocido como el Conquistador, fue el sultán otomano que puso fin al Imperio Bizantino, y quien ocupó la ciudad de Constantinopla, convirtiéndola en Estambul. Una miniatura contemporánea de Mehmed, pintada por el artista Sinan Bey, lo representa como un hombre de piel clara, cabello claro y ojos claros. [Reader's Digest Association (1974) 127.]

El dominio otomano sobre el norte de África –Argel, Trípoli, Túnez- fue extendido y consolidado por los hermanos Aruj y Kheir al-Din Barbarossa. El nombre Barbarossa deriva de la palabra italiana para “Barbarroja”, y los hermanos adquirieron ese apellido por su cabello rojo. [Baltzer (1934) 211.] Kheir al-Din (m. 1546) fue nombrado regente de Argel en 1530, y su reinado fue, en gran medida, un éxito. [Mitchell (1976) 137.]. Hans F. K. Günther se refiere a él como:

“Kheir al-Din Barbarossa, el que parecía un vikingo, fundador del reino Osman [otomano] en el norte de África, el hijo con barba roja de una griega de Lesbos” [Günther (1927) 173.]

En enlace dado más abajo conduce a una página web que contiene represtaciones de cada uno de los sultanes otomanos. Es interesante observar como muchos de ellos tienen el cabello rojizo, los ojos claros, o una complexión clara:

También podemos señalar que el héroe nacional de Argelia, Emir Abd al-Qadir al-Jaza’iri (AD 1807-1883), quien luchó contra los intentos franceses de ocupación de su país durante las décadas de 1830 y 1840, parece haber tenido los ojos azules. [von Schwerin (1960) 28; von Schwerin (1964) 129-130.]

Las tendencias raciales en el masado islámico se han preservado en los tiempos presentes; esto ha sido demostrado por el escritor americano Nathaniel Weyl, quien tomó nota de los hechos relevantes de la siguiente manera:

“Como Gayre observa convincentemente, existe una correlación entre blondismo y caracteres caucasoides, por un lado, y el estatus social y liderazgo, por el otro. Esto no es un fenómeno reciente ni es un reflejo del superior prestigio y poder que los nórdicos y otros pueblos rubios han venido disfrutando en los tiempos modernos…

Como el actual líder del mundo árabe, Henric von Schwerin, que ha señalado la medida en que tiende hacia lo rubio y el tipo nórdico.

Las minorías cristianas de la zona son, como el Dr. Gayre ha observado, casi siempre superior en status, inteligencia y capacidad que los musulmanes, y poseen al mismo tiempo características más caucasoides y rubias.Por otra parte, las naciones más vigorosas, ingeniosas y progresistas de la región – Líbano y Jordania, en particular – son las que tenían las minorías cristianas más numerosas y mayor influencia visible de genes nórdicos” [Weyl (1967) 28-29.]

El elemento nórdico en el mundo islámico sigue desempeñando un importante rol – esto se demuestra por el hecho de que muchos de los principales estadistas en la historia reciente de Oriente Medio (en particular, quienes han organizado las causas de liberación nacional e independencia) han sido predominantemente de tipo nórdico: por ejemplo, Mustafa Kemal Atatürk (1881-1938), fundador de la moderna Turquía. Durante la Primera Guerra Mundial, luchó contra los aliados en Gallipoli, y después del armisticio de 1918, evitó la conquista europea en Anatolia. Después de deponer al sultán otomano, se declaró presidente de Turquía (1923-1938), e inició un rápido y profundo proceso de modernización y secularización, que en buena medida tuvo éxito en la occidentalización de la República de Turquía. Era rubio y de ojos azules – características que, al parecer, heredó de su madre albanesa. Como resultado, Henric von Schwerin ha sentenciado que Atatürk:

“debe ser caracterizado como predominantemente nórdico…” [von Schwerin (1960) 27; von Schwerin (1964) 128.]

Haj Amin al-Husseini (m. 1974), el Gran Mufti de Jerusalén, fue una de las personas más importantes en la historia reciente de Oriente Medio: fue, durante un largo periodo de tiempo, el líder más importante del movimiento por la liberación de Palestina, así como presidente del Congreso Islámico Mundial. Durante su vida fue reconocido no solamente por sus actividades políticas, sino también porque su barba era de color rubio-rojizo y sus ojos eran azules. La autora sueca Karin Johnsson comparó al Gran Mufti con Saladino, y Henric von Schwerin lo consideraba:

“uno de los tipos nórdicos más pronunciados entre los musulmanes de renombre de la actualidad” [von Schwerin (1960) 27; von Schwerin (1964) 128.]

Entre los líderes de la rebelión argelina contra Francia, Ferhat Abbas (n. 1899), el primer presidente de la GPRA [Gobierno Provisional de la República Argelina, N. de VSL], desde 1958-1961, tenía los ojos verde-grises. [von Schwerin (1960) 30; von Schwerin (1964) 130.] Otro alto oficial del FLN, Ahmed Boumendjel, jefe de la delegación de la GPRA en las negociaciones en Melun, en 1960, era claro, alto y de buena constitución. Se decía que sus facciones eran casi como las de un francés [von Schwerin (1964) 130.] El coronel Houari Boumédienne [Mohamed Boukharouba] (1925-1978) fue el líder de la ALN, y después de que la independencia con respecto a Francia fue garantizada en 1962, se convirtió en presidente de Argelia (1965-1978). Era conocido como “el sueco”, por su cabello claro; era descrito como:

“pálido, pelo rubio rojizo, bigote rojizo, y pequeños ojos azul-grises.” [von Schwerin (1964) 130.]

Habib Burguiba (n. 1902) fue una figura destacada en la lucha por la independencia de Túnez contra la dominación francesa, y en 1934 fundó el Partido nuevo Destour, como medio para lograr ese fin. Después de la independencia en 1956, se transformó en el primer presidente de Túnez (1956-1987); tenía los ojos azules. [von Schwerin (1960) 28; von Schwerin (1964) 129.] En Siria, el sultán Atrash, líder de la rebelión drusa contra Francia durante la década de 1920, tenía la piel muy blanca y ojos azules. [Günther (1930) 152; von Schwerin (1960) 27; von Schwerin (1964) 128-129.] El emir Adil Arslan, otra importante figura en la rebelío, tenía los ojos verde-azulados y características fuertemente nórdicas. [von Schwerin (1960) 27; von Schwerin (1964) 129.]

Muhammad Idris al-Senussi [Idris I] (1889-1983), emir de Cirenaica, y rey de Libia (1951-1969), según se decía, tenía “tranquilos ojos azules” [von Schwerin (1960) 30; von Schwerin (1964) 129.] El general Nuri-es-Said (1888-1958), primer ministro iraquí durante muchos años, tenía igualmente ojos azules. [von Schwerin (1964) 128.] Finalmente, podemos señalar que Muhammad Ayub Khan (1907-1974), presidente de Pakistán (1958-1969), era alto, de complexión clara y ojos grises. Algunos periodistas franceses han dicho que:


“a juzgar por su apariencia y sus modales, bien podría ser tomado por un alto oficial británico…” [von Schwerin (1960) 28; von Schwerin (1964) 128.]


BIBLIOGRAFÍA

Baltzer, H. (1934) Rasse und Kultur: Ein Gang durch die Weltgeschichte (Weimar: Alexander Duncker Verlag).
Coon, C. S. (1939) The Races of Europe (New York: Macmillan).
Dunan, M & J. Bowle (eds.) [D. Ames & G. Sainsbury, trans.] (1968) Larousse Encyclopedia of Ancient and Medieval History (Feltham: Paul Hamlyn).
Fossier, R. (1968) "The Beginning of Europe's Expansion." In Dunan & Bowle (1968) pp. 298-321.
Gayre of Gayre, R. (1972) Miscellaneous Racial Studies, 1943-1972: Volume II (Edinburgh: Armorial).
Grant, M. (1981) Dawn of the Middle Ages (London: Weidenfeld & Nicolson).
Guillaume, A. [trans.] (1987) The Life of Muhammad: A Translation of Ibn Hisham's "Sirat Rasul Allah" (Oxford: University Press).
Günther, H. F. K. [G. C. Wheeler, trans.] (1927) The Racial Elements of European History (London: Methuen).
Günther, H. F. K. (1930) Rassenkunde des jüdischen Volkes (Munich: J. F. Lehmans Verlag).
Günther, H. F. K. (1934) Die nordische Rasse bei den Indogermanen Asiens (Munich: J. F. Lehmans Verlag).
Lewis, B. (1990) Race and Slavery in the Middle East: An Historical Enquiry (Oxford: University Press).
Mitchell, D. (1976) Pirates (London: Thames & Hudson).
Payne, S. G. (1973) A History of Spain and Portugal: Volume One (Madison: University of Wisconsin Press).
Reader's Digest Association (1974) The Last Two Million Years (London: Reader's Digest Association).
Siragusa, G. B. [ed.] (1910) Centenario della nascità di Michele Amari (Palermo: Virzi).
Sordo, E. [I. Michae, trans.] (1962) Moorish Spain: Cordoba, Seville, Granada (New York: Crown Publishers).
Vollers, K. (1910) "Über Rassenfarben in der arabischen Literatur." In Siragusa (1910) pp. 84-95.
von Schwerin, H. (1960) "Nordic Elements in Afro-Asia." Northern World IV (2) pp. 24-30.
von Schwerin, H. (1964) "European Elements in Afro-Asia." Mankind Quarterly IV pp. 127-133.
Weyl, N. (1967) "The Arab World: A Study of Biogenetic Disintegration." Mankind Quarterly VIII pp. 26-43.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.