martes, 14 de junio de 2011

Italia nórdica

ITALIA NÓRDICA
Nordic Italy

Está claro que a lo largo de su historia Italia ha sido objeto de varias invasiones de pueblos de un tipo predominantemente nórdico. La primera de esas invasiones sentó los pilares de la antigua Roma. La clase patricia de los primeros tiempos estaba constituida por elementos raciales nórdicos, como Coon afirma:

"Su tipo facial no es nativo de la cuenca mediterránea, pero es más familiar en el norte...

...los movimientos desde el norte introducieron nórdicos de dos variedades distintas; el clásico tipo de Hallstatt, y el tipo céltico de la Edad del Hierro que más tarde conformaría la base racial de los patricios romanos".
[Coon (1939) 194; 554].
El autor francés Rochat, examinó retratos de los antiguos romanos y concluyó que el tipo racial romano era esencialmente nórdico. [Günther (1957)]. El antropólogo físico suizo His (1866), después de estudiar los cráneos y esculturas, determinó que los verdaderos romanos habían sido nórdicos.

También existen considerables evidencias en relación con la pigmentación. El clasicista alemán Sieglin (1935) estudió los registros de los antiguos romanos y demostró que los nombres de familia de la mayoría de clanes patricios denotaban rasgos raciales nórdicos, cuando eran traducidos de su latín originario. Por ejemplo, había numerosos Rufii, Rubrii y Rutilii, nombres que se refieren al pelo rojo. También había Flavi, Flaviani y Fulvi, que aluden al cabello rubio. Sieglin estudió todas las referencias que fueron escritas por señalados romanos, a lo largo de la historia de la literatura romana. Recopiló la siguiente lista de individuos, cuyos nombres son indicativos de sus cabellos claros; Sieglin encontró: 7 Flavi, 20 Flaviani, 10 Fulvi, 121 Fulvii, 27 Rubrii, 26 Rufi, 24 Rufii, 36 Rufini, 45 Rutilii y 13 Ahenobarbi. También observó que los nombres Flavius, Rufi y Rufini eran empleados frecuentemente por varias familias patricias. [Sieglin (1935) 53].

También poseemos descripciones de individuos famosos. En su Vida de Catón el Viejo, Plutarco afirma que el censor tenía el pelo rojo y los ojos azules; en la obra del mismo autor, Vida de Sila, declara que el dictador tenía el pelo dorado y los ojos azules. Suetonio, en su Vida de los doce Césares, dijo que tanto Augusto como Nerón tenían el pelo rubio y los ojos azules, que Galba tenía los ojos azules, y que Domiciano no sólo tenía un aspecto rubicundo sino que también compuso un poema sobre un anciano romano pelirrojo al que él conoció. Suetonio también indica que la gens de Nerón era llamada como Ahenobarbi (barbas de cobre), porque su clan continuamente engendraba hombres que tenían la barba roja. Finalmente, podemos observar que el nombre "César", deriva del latín caesius, que significa "de ojos azules". [Günther (1957) 147—162].

Es interesante señalar que los romanos pensaban que Eneas, Rómulo y Remo, así como Roma, la diosa que simbolizaba la ciudad eterna, eran todos personas con los cabellos dorados. Parece que los romanos sólo podrían haber pensado que los fundadores míticos de su pueblo eran rubios si ellos mismos hubieran sido una nación originalmente rubia. [Ogle (1929)]. En sus investigaciones, Günther (1927; 1929a, b; 1957), ha examinado con gran detalle la historia racial de los romanos, y ha demostrado con éxito que los orígenes de la grandeza de Roma recaían sobre sus elementos raciales nórdicos.

Esta tendencia esencialmente nórdica se prolongó durante la Edad Moderna. Las invasiones germánicas renovaron el stock nórdico de Italia y al poco tiempo dio a luz el Renacimiento. Es significativo que el Renacimiento floreciese en el norte de Italia, donde el componente nórdico es más fuerte, y no en el sur, predominantemente mediterráneo. A lo largo del Renacimiento, el ideal de belleza fue nórdico. La Beatriz de Dante, la Laura de Petrarca, eran las dos rubias. Otras pinturas de Tiziano y Boticelli representan a la mujer rubia como la más hermosa.

Sin embargo, el elemento rubio no estaba sólo confinado a imágenes ideales. Es igualmente claro que muchos de los genios que el Renacimiento ha producido, a lo largo de distintos campos de especialización, eran también predominantemente nórdicos. Ripley (1899) pensó que debido a que el norte de Italia es predominantemente alpino actualmente, la mayor parte de las figuras del Renacimiento también deben haber sido alpinas. Sin embargo, los hechos no confirman sus especulaciones. Sergi y Frassetto (1925) examinaron los cráneos de varios grandes italianos, incluyendo a Dante, Petrarca, Rafael, Foscolo y Volta, y observaron que todos eran dolicocéfalos o mesocéfalos. Por supuesto, el verdadero alpino es braquicéfalo. [Welcker (1884)].

Además de esto, no debemos olvidar las investigaciones de Woltmann (1905). Woltmann estudió retratos en pintura, bustos y descripciones escritas para desentrañar los rasgos físicos de los grandes hombres del Renacimiento italianio. Reveló que muchos delos individuos en cuestión, como Leonardo da Vinci, Tasso, Galileo, etc., eran de ascendencia germánica y que poseían características raciales nórdicas. Los resultados de sus investigaciones fueron los que siguen: de los 125 hombres cuyo color de ojos pudo ser discernido 120 los tenían azules, grises azulados o azul verdoso, 18 los tenían marrones o marrones grisáceos y 5 tenían ojos de pigmentación mixta. De los 108 hombres cuyo color depelo pudo ser determinado con precisón, 68 lo tenían rubio o rojo, 26 lo tenían marrón y 15 tenían el pelo negro. [Woltmann (1905) 143—144]. Woltmann también descubrió que la mayoría de familias nobles que dominaron sobre gran parte del norte de Italia engendraban individuos rubios a lo largo de sus generaciones. Algunas familias como los d'Este de Ferrara, los Bentivoglia de Bolonia y los Sforza de Milán eran predominantemente rubios y de ojos azules. [Woltmann (1905) 42—49].
  
Tenemos también que señalar las palabras de Bartolomé de Las Casas, en su Historia de las Indias, donde representó a Cristóbal Colón de la siguiente manera:

"Era alto, tenía un rostro largo y llamativo, nariz aguileña, ojos azules y la piel clara, con tendencia a ruborizarse; su barba y pelo eran claros, pero pronto se blanquearon". [Günther (1927) 215].

Incluso en la Italia moderna, durante el periodo del Risorgimento, muchos de los grandes políticos y artistas eran nórdicos: Garibaldi tenía el pelo rojo, Cavour era rubio, Canova tenía los ojos azules, etc. [Woltmann (1905) 133—141]. Si estás intresado en esta materia y deseas saber más, entonces recomiendo que también leas los siuientes trabajos: Cogni (1937), De Lapouge (1899), Los (1968), Plumb (1961) and Reche (1936).  

BIBLIOGRAPHY/BIBLIOGRAFÍA

Books/Libros

Cogni, G. (1937) I valori della stirpe italiana (Milan: Fratelli Bocca).

Coon, C. S. (1939) The Races of Europe (New York: Macmillan).

De Lapouge, G. V. (1899)
L’Aryen: Son Rôle Social (Paris: Albert Fontemoing).

Günther, H. F. K. [G. C. Wheeler, trans.] (1927) The Racial Elements of European History (London: Methuen).

Günther, H. F. K. (1929a) Rassengeschichte des hellenischen und des römischen Volkes: Mit einem Anhang — Hellenische und römische Köpfe nordischer Rasse (Munich: J. F. Lehmanns Verlag).

Günther, H. F. K. (1929b) Rassenkunde Europas: Mit besonderer Berücksichtigung der Rassengeschichte der Hauptvölker indogermanischer Sprache (Munich: J. F. Lehmanns Verlag).

Günther, H. F. K. (1957) Lebensgeschichte des römischen Volkes (Pähl: Verlag Hohe Warte).

Plumb, J. H. (1961)
The Horizon Book of the Renaissance (London: Collins).

Reche, O. (1936) Rasse und Heimat der Indogermanen (Munich: J. F. Lehmanns Verlag).

Ripley, W. Z. (1899) The Races of Europe: A Sociological Study (New York: D. Appleton).

Sieglin, W. (1935)
Die blonden Haare der indogermanischen Völker des Altertums (Munich: J. F. Lehmanns Verlag).

Woltmann, L. (1905) Die Germanen und die Renaissance in Italien (Leipzig: Thüringische Verlagsanstalt).


Articles/Artículos

His, W. (1866) “Beschreibung einiger Schädel altschweizerischer Bevölkerung nebst Bemerkungen über die Aufstellung von Schädeltypen.” Archiv für Anthropologie, I, 61—74.

Los, F. J. (1968) “The Rise and Fall of the Roman Empire: The Biological Background.”
Mankind Quarterly, IX, 3—19.

Ogle, M. B. (1929) “The Blonde Aeneas: Vergil, Aeneid 1.592.” Classical Weekly, XXIII, 28—30.

Sergi, G. & F. Frassetto (1925) “Esame antropologico delle ossa di Dante nel VI centenario della sua morte.” Rivista di Antropologia, XXVI, 3—17.

Welcker, H. (1884) “Der Schädel Rafael’s und die Rafaelporträts.” Archiv für Anthropologie, XV, 417—440.

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